jueves, 12 de marzo de 2009

ZAPATOS (Texto relacionado con la banda sonora de la película basada en Bajarse al moro)

ZAPATOS

¿Alguna vez habéis oído la expresión “tener los pies en la tierra”? Pues esta frase hecha, no significa más que vivir la vida y seguir tu camino, pero se necesita protección, unos buenos zapatos.
Cuando nacemos nuestra máxima necesidad es la protección, la protección de unos patucos suaves y blandos, para que necesitaría un bebé unos zapatos fuertes, sus zapatos son el cuidado y el amor incondicional de su madre.
En la siguiente etapa de nuestro camino, necesitamos unos zapatitos un poco más resistentes, pues empezaremos a andar y a aprender. También se tienen las primeras caídas, probablemente menos dolorosas que las que vendrán más adelante.
En la niñez necesitamos unos zapatos anchos y cómodos, que no puedan oprimir nuestra forma de ser, que se convertirán en el futuro en nuestra ideología.
El siguiente tramo de nuestro viaje es la adolescencia, una etapa difícil sin duda, probablemente necesitaremos unas deportivas con una suela gruesa, para pasar rápido por la vida y no percibir los pequeños detalles, que luego encontraremos importantes.
Durante la juventud a lo que le damos más importancia es a la estética, por eso solo nos importa que nuestros zapatos sean bonitos, además ya no necesitamos una suela gruesa, simplemente con un tacón fino ya encontramos la estabilidad necesaria para “comernos el mundo”.
Cuando eres adulto buscas unos zapatos cómodos y con mayor estabilidad, para transmitirla así a tus seres queridos, y además poder superar los baches y dificultades que te presentará este camino.
Durante la vejez vuelves a necesitar el calor y la suavidad de unas cómodas zapatillas, pues el duro camino que has recorrido ha absorbido tu energía y vitalidad.
El último paso de la vida, que nadie querría dar, es aquel en el que te quitan las zapatillas y te ponen unos zapatos fríos y duros, que no te harán heridas, pues con ellos no andarás. Entonces es cuando nos damos cuenta de que la vida pasa demasiado rápido para poder romper los zapatos.

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