viernes, 29 de mayo de 2009

TEXTO: LOS TÓPICOS

Prejuzgar es una acción innata que hacemos los seres humanos, siempre tenemos tendencia a opinar sin saber, muchas veces, sin ni siquiera conocer. Cuando esta acción se transforma en una generalización que se aplica a un grupo muy extenso de personas, empezamos a hablar de tópicos. Encontramos una infinidad de tipos de tópicos, de los cuales voy a mencionar unos cuantos.
En primer lugar hablamos de los tópicos sexistas, algunos de los más conocidos son que las mujeres no saben conducir y que sólo sirven para limpiar la casa y para cuidar a los niños y que los hombres en cambio carecen de sensibilidad y son unos brutos.
A continuación, encontramos los tópicos geográficos que depende de donde vivas te obligan a “ser” de una forma o de otra. Esto incluso alcanza tintes internacionales cuando nos explican que los ingleses son unos piratas, los moros son sucios, los franceses unos guarros (por eso inventaron los perfumes), que los alemanes son unos cabezas-cuadrada o los rusos unos comunistas chapuceros.
Incluso podemos encontrar tópicos laborales como que los funcionarios no dan palo al agua, que los políticos son todos unos ladrones, que los militares son unos fachas, que los modistos y los peluqueros son homosexuales y que los artistas están locos y siempre andan en las nubes.
Si buscamos acerca de una definición formal de la palabra tópico encontramos que es, simplemente, una expresión vulgar o trivial.
Pero quizá los tópicos son solo un recurso pobre del que quiere atacar y no sabe cómo. Son muchos los que necesitan ridiculizar e insultar a los demás para sentirse mejor ellos mismos, o para afianzarse en sus ideas. Y cuando alguien recurre a eso, precisamente da que pensar lo contrario: ni tiene las ideas claras ni sabe lo que es la autoestima.

LOS TÓPICOS








domingo, 24 de mayo de 2009

FAREWELL (5)

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.


PABLO NERUDA

LOCALIZACIÓN DE SUBORDINADAS SUSTANTIVAS


HASTA QUE PASE LA TORMENTA (Despistaos)

Deja que me quede un rato más aquí,
Solo hasta que pase la tormenta,
Déjame que puede que no vuelva a sonreír,
Quédate conmigo y me orientas.
Antes de que suene a despedida,
La tristeza sostenida,
Que no deja de latir,
Y antes de que te des por vencida,
Piensa que es la única vida,
Que podemos compartir.
Deja que me quede un rato más aquí,
Quiero que me apuntes en tu agenda,
Deja que me quede y nunca más me vuelva a ir,
No me dejes ser solo a medias. (CD)
Antes de que suene a despedida,
La tristeza sostenida,
Que no deja de latir,
Y antes de que te des por vencida,
Piensa que es la única vida,
Que podemos compartir.
Deja que me quede un rato más aquí,
Deja que remiende tus heridas, (CD)
Esas que yo mismo hace unos días descosí,
Déjame ser tu paracaídas.
Antes de que suene a despedida,
La tristeza sostenida,
Que no deja de latir,
Y antes de que te des por vencida,
Piensa que es la única vida,
Que podemos compartir.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿Qué hemos trabajado durante el segundo trimestre?


· La poesia de Gustavo Adolfo Bécquer.

· El libro Bajando al moro, de José Luis Alonso de Santos

· La lírica tradicional.


Aquí os dejo los trabajos que hemos realizado en base a estos temas, como prueba de mi aprendizaje a lo largo del segundo trimestre.

RIMA XIII (Gustavo Adolfo Bécquer)

Tu pupila es azul, y cuando ríes,

su claridad suave me recuerda

el trémulo fulgor de la mañana

que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul, y cuando lloras,

las transparentes lágrimas en ella

se me figuran gotas de rocío

sobre una violeta.

Tu pupila es azul, y si en su fondo

como un punto de luz radia una idea

me parece, en el cielo de la tarde,

¡una perdida estrella!

ZAPATOS (Texto relacionado con la banda sonora de la película basada en Bajarse al moro)

ZAPATOS

¿Alguna vez habéis oído la expresión “tener los pies en la tierra”? Pues esta frase hecha, no significa más que vivir la vida y seguir tu camino, pero se necesita protección, unos buenos zapatos.
Cuando nacemos nuestra máxima necesidad es la protección, la protección de unos patucos suaves y blandos, para que necesitaría un bebé unos zapatos fuertes, sus zapatos son el cuidado y el amor incondicional de su madre.
En la siguiente etapa de nuestro camino, necesitamos unos zapatitos un poco más resistentes, pues empezaremos a andar y a aprender. También se tienen las primeras caídas, probablemente menos dolorosas que las que vendrán más adelante.
En la niñez necesitamos unos zapatos anchos y cómodos, que no puedan oprimir nuestra forma de ser, que se convertirán en el futuro en nuestra ideología.
El siguiente tramo de nuestro viaje es la adolescencia, una etapa difícil sin duda, probablemente necesitaremos unas deportivas con una suela gruesa, para pasar rápido por la vida y no percibir los pequeños detalles, que luego encontraremos importantes.
Durante la juventud a lo que le damos más importancia es a la estética, por eso solo nos importa que nuestros zapatos sean bonitos, además ya no necesitamos una suela gruesa, simplemente con un tacón fino ya encontramos la estabilidad necesaria para “comernos el mundo”.
Cuando eres adulto buscas unos zapatos cómodos y con mayor estabilidad, para transmitirla así a tus seres queridos, y además poder superar los baches y dificultades que te presentará este camino.
Durante la vejez vuelves a necesitar el calor y la suavidad de unas cómodas zapatillas, pues el duro camino que has recorrido ha absorbido tu energía y vitalidad.
El último paso de la vida, que nadie querría dar, es aquel en el que te quitan las zapatillas y te ponen unos zapatos fríos y duros, que no te harán heridas, pues con ellos no andarás. Entonces es cuando nos damos cuenta de que la vida pasa demasiado rápido para poder romper los zapatos.

FICHA DE LECTURA, BAJARSE AL MORO

MIS LECTURAS

· Fecha de inicio de la lectura: 1/12/08
· Datos bibliográficos: ALONSO DE SANTOS, J.L, Bajarse al moro, Editorial: CATEDRA, Letras hispánicas.
· Fecha de finalización de la lectura: 5/12/08

Comentario personal

Bajarse al moro,me ha parecido un libro muy entretenido, sobretodo para gente de nuestra edad. La posibilidad de que esta historia puede ser real aumenta el interés por el libro.
Creo que el autor tenía una mente muy avanzada, ya que en la época que le tocó vivir no se solía escribir sobre ciertos temas, como drogas o marginación social.
En definitiva, me ha gustado mucho el libro, además el hecho de leerlo en clase lo hace aún más entretenido.

Cuento consejero (Conde Lucanor)


PREGUNTAR ES SABER

Pedro era un niño que con tan sólo diez años, estaba siempre dispuesto a aprender cosas nuevas. Un día salió del colegio y se reunió con su abuelo, quien iba a recogerlo. El abuelo enseguida notó que algo extraño le pasaba y le preguntó:

- ¿Va todo bien, Pedro?
- Pues no, abuelo. Es que cuando estamos en clase y la maestra explica una lección, siempre le pregunto para asegurarme de que lo he entendido bien...
- Eso está bien, pero ¿cuál es el problema?
- Que mis compañeros se ríen de mi y me dicen que soy un tonto que nunca entiende nada.
- ¡Ay, Pedro...! Yo sé una historia parecida que quizás te suba un poco esos ánimos. Cuando yo era pequeño, en mi clase había un niño bajito, con gafas y con cara de tonto, que siempre preguntaba al maestro que dónde estaba Portugal y si explicaba matemáticas él preguntaba por qué dos y dos son cuatro. Ese hecho hacía que todos pensásemos que era estúpido y nos riésemos de él, yo el primero. ¡Cuán equivocado estaba!
Por eso puedo decirte que para saber hay que preguntar y quien no lo hace se acaba arrepintiendo.
- ¿Cómo se llamaba ese niño?
- Se llama Amancio, Amancio Ortega.

Aquel que pregunta es un tonto por cinco minutos,
pero el que no pregunta permanece tonto por siempre.